Lumbago, qué es y cómo tratarlo
El lumbago o lumbalgia es una afección muy frecuente por la que toda la población tarde o temprano pasamos.
6 agosto, 2019 por
Lumbago, qué es y cómo tratarlo
Pablo Sebastián Cirujeda, Pablo Sebastián


El lumbago o lumbalgia es una afección muy frecuente por la que toda la población tarde o temprano pasamos. Causa preocupación entre las autoridades sanitarias pues es motivo de un gran número de bajas laborales lo que supone un alto coste.

El dolor suele aparecer al levantar objetos pesados, al hacer giros bruscos o inclusio sin ejercicio previo y se localiza en la zona lumbar. El dolor viene acompañado de una contractura muscular que limita el movimiento del tronco y agudiza el dolor.

Un aspecto que conviene recordar es que la lumbalgia es una patología que también puede darse como síntoma en pacientes con elevado niveles estrés continuado, problemas graves de trabajo, familia, etc. es lo que podíamos llamar dolor psíquico. Dicha somatización es como si todo problema lo transportamos a un dolor físico, es una explicación sui géneris pero creo que así se entiende. La somatización se transfiere con mayor porcentaje a cefaleas, cervicalgias (tortícolis) y lumbalgias. El dolor es real y si se pudiera medir es de intensidad alta a veces insoportable debido a una contractura importante de la zona afecta. Hay que escuchar al paciente.

Ahora bien, hemos de descartar causas físicas, mecánicas, antiguos traumas, lo cual requiere una buena anamnesis (historia clínica) y una mejor exploración de:


* Aparato locomotor
: puede haber una dismetría, pies planos o cavos, pronación o supinación, atrofia o espasticidad muscular etc.

* Raquis o columna: buscar hernia discal, síndrome radicular (que da ciatalgias muy fuertes), cifoescoliosis, deslizamiento de una vértebra, osteoporosis vertebral, fisura o rotura parcial vertebral.

Generalmente una buena anamnesis y rayos X es suficiente para diagnosticarlo. Si hay duda o patología severa, ya se recurriría a la resonancia. Al explorar al paciente es interesante observar la expresión facial al flexionar, estirar o rotar: si hay dolor su cara se contraerá confirmando la patología.

Una vez esté el diagnóstico claro, comenzaremos una serie de pautas de tratamiento.

A: El reposo absoluto no es recomendable más allá de 24-48h. La posición en la que se encuentra más alivio es la fetal así como tumbado boca arriba, las piernas dobladas y apoyadas en un almohadón. Evitar flexionar o girar la espalda.

B: Combinación de frío (calma el dolor y disminuye la velocidad de conducción de las células nerviosas) con calor(relajante muscular).

C: Tomar relajante muscular y analgésico, no más de 4-5 días. El nolotil en ampolla con coca-cola va más que bien durante el día.

D: Calzado cómodo, con amortiguación, es decir, suela de goma, 2'5cm de cuña y plantilla anatómica que sujete bien el pie (no chanclas).

E: Baños de agua caliente con puñado de sal común de cocina.

F: Una buena faja bien puesta (tumbado con piernas dobladas, al levantarse se acaba de ajustar).

G: Tranquilidad, sosiego, buena alimentación (2L. de agua, vitamina C y magnesio -Kiwi, gelatina casera...-).

Aproximadamente a la semana hay que comenzar la pauta de rehabilitación dirigida por un fisioterapeuta. Una vez recuperado es vital mantener la musculatura paravertebral y abdominal para evitar recidivas.

Lumbago, qué es y cómo tratarlo
Pablo Sebastián Cirujeda, Pablo Sebastián 6 agosto, 2019
Compartir
Categorías